Según estudios de Nueva Zelanda el cuidado quiropráctico es extraordinariamente seguro.

Con el cuidado quiropráctico se evitan procesos invasivos y se evita la toma de medicación.

Además la toma de historial médico cuando llega el paciente a la consulta y el exhaustivo examen ortopédico y neurológico que se realiza al paciente hace que el quiropráctico pueda determinar el tratamiento más adecuado a cada paciente.

Teniendo en cuenta todo esto podemos llegar a la conclusión de que el cuidado quiropráctico es un método para cuidar la salud de forma segura y efectiva.