Hay muchos padres que traen a sus niños recién nacidos al quiropráctico porque durante el parto hayan sufrido alteraciones en su columna vertebral.

Durante el crecimiento, cuando empiezan a andar, los culetazos, las caídas de bicicleta,  un golpe en la rodilla, la vida sedentaria en el colegio, estar horas frente al televisor u ordenador, la carga de las mochilas, etc…pueden causar daño en la columna del niño frecuentemente inapreciable y muchas veces atribuidas al crecimiento.

La visita periódica al quiropráctico puede detectar estos problemas y solucionarlos, evitando que vayan a más y causen alteraciones funcionales del sistema nervioso y que la salud de su hijo se vea mermada.

Evidentemente el ajuste quiropráctico es modificado y adaptado a la columna del niño.

Se ha demostrado que la quiropráctica es eficaz en problemas como el cólico del lactante, escoliosis, micción involuntaria, sistema inmunológico debilitado y otros problemas comunes en la infancia.