Su Primera Cita
Son muchos y diversos los problemas por los cuales los pacientes acuden a nuestro centro. Lo primordial para nosotros es concretar si podemos ayudar al paciente y proporcionarle la calidad de vida que pide.
Después de tomar sus datos y prepararle su ficha el Quiropráctico quiere saber todo su historial, no solamente le interesa cuándo y cómo le duele, sino también y en especial, como influye su dolencia en su vida diaria. Se revisará toda la documentación y diagnóstico que usted traiga a la consulta y lo siguiente será un examen en profundidad.
La cuestión a contestar es ¿puede usted beneficiarse de un tratamiento quiropráctico? Y si es el caso ¿qué mejoría puede usted esperar?
Lo normal es que el estudio de toda la información que se ha recopilado en su primera cita necesite ser estudiado con detalle. Esto requiere la atención del quiropráctico, todo con la idea de ser capaz de contestarle a las siguientes preguntas:
- ¿Es el tratamiento Quiropráctico válido para ésta dolencia?
- ¿Qué beneficios puede usted conseguir con el tratamiento Quiropráctico?
- ¿Cuántas citas le hacen falta?
Durante la siguiente cita, «El Informe», su Quiropráctico le contestará todas estas preguntas y todas las demás que usted pueda tener.
Si su caso ha sido aceptado para tratamiento, y usted lo elige, puede ese mismo día iniciar el tratamiento Quiropráctico.
Si el Quiropráctico no encuentra que el tratamiento Quiropráctico sea recomendable para su caso, le indicará el especialista más indicado.
Que opinan nuestros pacientes
«…tenía dolor en el cuello y la espalda, debido a una caída y me limitaba bastante en mi vida diaria, ahora, después de 17 sesiones no tengo ningún dolor en el cuello y una pequeña molestia en la espalda. Pienso continuar con mis sesiones hasta acabar mi tratamiento…»
«Yo conocía a Christian desde hace años pues había traído a su consulta a conocidos míos, sin embargo nunca me había puesto en sus manos. Ahora, después de haberlo hecho, no me arrepiento pues como yo le digo de broma: “San Christian” mano de santo…»
«…En bendita hora me decidí a venir, ya que tenía un compañero (al cual le ha ido igual de bien que a mí) insistiendo en que probara este tipo de rehabilitación, así que me decidí y la verdad que si no fuera yo el enfermo no creería lo bien que me encuentro…»